Diseño Emocional
En un producto, existen diferentes componentes de diseño: utilidad (o la falta de ésta), estética y practicidad. Cuando creamos un producto, un diseñador tiene muchos factores que considerar: la elección del material, el método de manufactura, el proceso de mercado, el costo y practicidad, y qué tal fácil es de usar, de comprender.
Además, siempre hay tres aspectos de diseño diferentes: el visceral, de conducta (inconsciente) y el reflectivo. Cuando un diseño es visceral, se relaciona a sí mismo con la apariencia. Por otro lado, el de conducta lo hace con el placer y la efectividad de uso. Finalmente, el reflectivo considera la racionalización e intelectualización de un producto. Más allá del diseño, además encontramos un componente personal que ningún diseñador o fabricante puede proveer: el significado. Sin embargo, no es posible tener un diseño sin tener estos tres aspectos siempre. Las emociones forman parte indispensable de los diseños.
Estos tres niveles interactúan uno con el otro. Cuando uno inicia en el nivel más bajo (visceral) se le llama “de abajo a arriba” (están guiados por la percepción) y cuando empieza en el más alto se le llama “de arriba abajo” (guiados por el pensamiento). En el nivel visceral, existen ciertas características que pueden llevar a la gente a tener un efecto positivo o negativo ante un diseño o hecho. Dependiendo de las necesidades del diseñador o de la empresa, se pueden generar efectos positivos (que nos llevan a la creatividad) y efectos negativos (que nos llevan a la concentración).
En un producto, existen diferentes componentes de diseño: utilidad (o la falta de ésta), estética y practicidad. Cuando creamos un producto, un diseñador tiene muchos factores que considerar: la elección del material, el método de manufactura, el proceso de mercado, el costo y practicidad, y qué tal fácil es de usar, de comprender.
Además, siempre hay tres aspectos de diseño diferentes: el visceral, de conducta (inconsciente) y el reflectivo. Cuando un diseño es visceral, se relaciona a sí mismo con la apariencia. Por otro lado, el de conducta lo hace con el placer y la efectividad de uso. Finalmente, el reflectivo considera la racionalización e intelectualización de un producto. Más allá del diseño, además encontramos un componente personal que ningún diseñador o fabricante puede proveer: el significado. Sin embargo, no es posible tener un diseño sin tener estos tres aspectos siempre. Las emociones forman parte indispensable de los diseños.
Estos tres niveles interactúan uno con el otro. Cuando uno inicia en el nivel más bajo (visceral) se le llama “de abajo a arriba” (están guiados por la percepción) y cuando empieza en el más alto se le llama “de arriba abajo” (guiados por el pensamiento). En el nivel visceral, existen ciertas características que pueden llevar a la gente a tener un efecto positivo o negativo ante un diseño o hecho. Dependiendo de las necesidades del diseñador o de la empresa, se pueden generar efectos positivos (que nos llevan a la creatividad) y efectos negativos (que nos llevan a la concentración).
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